Grecia: la traición de Tsipras a su pueblo

Y las fuerzas que están detrás de todo esto

por Dimitri Konstantakopoulos, Sandro Cruz
Oct 6, 2015

Se ha hablado mucho de Grecia estos tiempos, de deuda, austeridad, de referéndum y de las duras condiciones de ajuste financiero impuestas a este país. Se habla mucho del líder Alexis Tsipras, de SYRIZA y su nuevo gobierno. Pero dentro de esta trágica historia de apariencias económicas, hay un aspecto oculto, una agenda programada, unas fuerzas tenebrosas que emergen contra las sociedades civiles y que casi nadie ha hecho alusión. Son pocos los que nos advierten del peligro de la Hidra del siglo XXI. Uno de ellos es nuestro colega Dimitri Konstantakopoulos, que desde su Grecia natal comparte experiencias y cuenta cómo esta Hidra devora su patria y porqué es importante comprender lo que realmente ha pasado y está pasando en Grecia.


Entrevista a Dimitris Konstantakopoulos realizada por Sandro Cruz

1. Pregunta: ¿Cuál es el sentimiento de la gran mayoría del pueblo griego hoy frente a la situación económica del país y después que el gobierno de Alexis Tsipras aceptase el ultimátum de la Troika, es decir haber aceptado el dictado dado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, para controlar la economía griega y su deuda, a pesar que el pueblo griego en un referéndum votó masivamente NO ante estas abusivas exigencias de los acreedores financieros?

Dimitri Konstantakopoulos: No somos nosotros, no es el pueblo griego que ha aceptado las condiciones financieras impuestas por la Troika [1]. Ha sido el gobierno de Tsipras y Kamenos que lo han hecho, dos personajes políticos que vienen, uno de la «izquierda radical» y el otro de la «derecha soberana» y son quienes han aceptado eso.
El pueblo griego denegó de manera abrumadora el dictado de la Troika —y en un contexto de guerra financiera contra el país, entre presiones y amenazas viniendo de las más poderosas potencias extranjeras—, pero a pesar de todo el pueblo griego rechazó en un referéndum nacional, el 5 de julio de 2015, el ultimátum de los acreedores financieros piratas, diciendo muy claramente y masivamente ¡NO! no queremos aceptar eso.

Lo que sucedió después fue que Alexis Tsipras, quien llegó al cargo de Primer Ministro de Grecia con el partido Syriza, quien logró obtener masivo apoyo popular, quien logró todo esto únicamente porque había prometido al pueblo oponerse a las duras condiciones impuestas por la Troika a Grecia —es decir al dictado de acreedores financieros— y Alexis Tsipras que había recibido en ese sentido un enorme respaldo nacional, que había recibido un mandato de toda la nación griega para defender al país, para resistir al ultimátum, traiciona finalmente al pueblo firmando la capitulación y aceptando el dictado de los acreedores ¡y esto después del referéndum! Un referéndum cuyo veredicto, según los principios los más fundamentales de nuestra Constitución y nuestra democracia, es obligatoria y superior a cualquier otra decisión del parlamento o del gobierno. La decisión tomada por el pueblo sólo puede ser cambiada legalmente por otro referéndum.

El gobierno de Alexis Tsipras al firmar el acuerdo con la Troika ha creado una enorme desilusión, quitó toda esperanza y generó una gigantesca confusión al pueblo griego, un golpe terrible, el de ver a nuestros líderes políticos capitular, sin que el pueblo griego sepa, comprenda verdaderamente ¡por qué han hecho eso!

Hablando de SYRIZA, el partido político que llevó al poder a Alexis Tsipras, era un partido de izquierda radical hasta antes del 5 de julio de 2015, fecha del referéndum, y que se ha convertido hoy en día —y no nos equivoquemos en ese sentido— en un partido que ha aceptado no solamente una política neoliberal sino una política que es de un ¡extremismo neoliberal alucinante!
Alexis Tsipras ha transformado al país en un protectorado de los acreedores financieros piratas, de arriba a abajo.

2. Pregunta: Entonces, ¿cómo explicar que Tsipras haya podido ganar nuevamente las elecciones parlamentarias de septiembre de 2015, sobre todo sabiendo esta vez que no había cumplido su promesa y que peor, traicionó al pueblo entero un mes antes?

Dimitri Konstantakopoulos: Entonces los griegos se encontraron en una situación en la que no había ninguna otra alternativa ni posibilidad. Es decir, no había ninguna otra fuerza política en el país capaz de imponerse de manera creíble, para continuar con la lucha del NO, me refiero de continuar la resistencia frente al dictado financiero de la Troika (y de los Memorándums [2]). El pueblo griego se vio obligado a elegir entre lo que existía y entre todas estas malas opciones, votaron nuevamente por SYRIZA de Alexis Tsipras, pero ¡cuidado! ¡En estas últimas elecciones ha habido una gigantesca abstención!

Hay que destacar que la victoria electoral de Tsipras, aunque real, es irrisoria en cuanto apoyo popular y la impresión de grandeza dado en la prensa comercial es una manipulación. En realidad, SYRIZA recibió menos del 20% de votos del 100% del electorado griego, esto es un registro muy paupérrimo para un partido que gobierna y gana. Sólo han participado el 45% del electorado griego en las elecciones parlamentarias de septiembre 2015, y ese 45% de electorado ha votado por cualquier cosa, por cualquier programa político, lo que hace que este nuevo parlamento elegido con el señor Kamenos y Tsipras nuevamente a la cabeza [del gobierno] sea muy poco representativo de la voluntad real del pueblo. Me gustaría volver sobre este tema más tarde.

Hay una enorme abstención en las elecciones de septiembre de 2015, es decir después de la traición de Alexis Tsipras. ¡Alrededor del 55% de abstención!

Pero para entender los resultados electorales de septiembre 2015, primero debemos analizar las condiciones muy excepcionales en las cuales se llevaron a cabo estas elecciones. La capitulación de Tsipras apoyada por el Sr. Kamenos, ha tenido un efecto psicológico devastador, y no podría ser de otra manera. Cómo si la capitulación no hubiese sido suficiente, Tsipras para justificar su política comenzó a decir [amenazar] que si él no firmaba el acuerdo con la Troika, Grecia se convertiría en algo ingobernable, sería un colapso total, Grecia sería expulsada de la eurozona. Tsipras decía que fue buscar apoyo en EE.UU. y Rusia, pero que no encontró ningún apoyo —cosa que es completamente falsa—, Tsipras nunca consideró seriamente una ruptura con los acreedores financieros piratas, menos aún un giro [geopolítico] hacia otros polos alternativos de remplazo [aliados], como pudieron ser Rusia o China. Su equipo estaba más o menos controlado por los estadounidenses y por el sistema financiero internacional.

En resumen, Tsipras, tratando de justificar su cambio radical de actitud —es decir, de supuesto defensor del país contra los especuladores financieros a traidor del pueblo—, fue él mismo quien ha sembrado el pánico en la sociedad civil griega. Pero el pueblo ha sabido resistir a este primer choque [de guerra psicológica], cuando el choque planeado [planeado por el estado profundo] fue lanzado poco antes del referéndum y también por el establishment político griego y las fuerzas extranjeras. Sin embargo, el impacto en la población puede ser muy diferente cuando este discurso derrotista viene de otros o cuando viene directamente del líder en el cual todo el mundo ha depositado su confianza, todo el pueblo confiaba en él y en su partido, se le había dado todo el apoyo popular necesario para resistir, y todo esto ¡apenas unos días antes!

Imagínense sólo un momento, lo que hubiese sucedido si Charles de Gaulle o un Winston Churchill, en el momento más crítico de la Segunda Guerra Mundial, hubiesen de repente, firmado la capitulación con la Alemania nazi, pretextando que no había otra posibilidad, que no había otra alternativa y que si se continuaba con la idea de seguir luchando contra los nazis ¡íbamos camino al desastre total! O recordar lo que sucedió cuando el líder de la Unión Soviética y las televisiones que estaban bajo su control, comenzaron a transmitir a los ciudadanos soviéticos el mensaje que su sistema económico era fallido y que el capitalismo occidental era finalmente superior al «socialismo».

No es solamente un tremendo golpe, choque, con «objetivo» político que el pueblo ha experimentado, también es un tremendo golpe moral y psicológico que se le ha dado al pueblo griego. Casi todos mis amigos se enfermaron después del anuncio de la capitulación, me refiero a enfermedades orgánicas. Una amiga mía muy cercana, activista desde hace tiempo, miembro del Comité Central de SYRIZA se fue de vacaciones por unos días. Ella iba a la playa cada día y cada día lloraba. La mayoría de la gente no quería ver ni siquiera las noticias en la televisión. Incluso aquellos que tenían dudas hacia Tsipras no podían creer realmente que haya podido hacer lo que hizo.
Este es el método del «Choque». Usted hace algo tan increíble, que muchas personas terminan creyendo que tenía muy buena razón para hacerlo.

Indirectamente, Tsipras emitió igualmente otra señal con un efecto devastador. Que cualquier resistencia era vana o inútil, que todo ya estaba jugado con anterioridad. Podemos afirmar que el cinismo de este personaje ¡ha pagado! Y todo esto es un duro golpe moral para todo el pueblo, de ver capitular cínicamente a la persona en quien Usted ha depositado toda su confianza y apoyo, de verlo traicionar descaradamente, de ver firmar un acuerdo que llevará sin duda alguna la catástrofe más grande al país.

Ante tal situación, las personas se encontraron con el siguiente dilema: sea aceptaban la realidad, es decir, reconocer que sus líderes los han traicionado, que se encuentran en una situación desesperada, desprovistos de líderes políticos capaces de defender la nación y sus intereses, a la merced de acreedores financieros sin escrúpulos; sea aceptar la idea que sus ilusiones verán el día en otro momento o simplemente ¡no pensar más!
La reacción del pueblo ante una tal situación la podemos comparar con las reacciones que podría tener una familia que de pronto se entera de que su padre y protector no solamente ha muerto, sino que además ¡ya los vendió a todos antes de morir!

Este choque, este golpe psicológico por supuesto que no va durar para siempre, sobre todo sabiendo que la situación real del país va a deteriorarse rápidamente. Ya comenzamos a sentir los primeros signos premonitorios de advertencia de una oleada de ira social que vendrá. Tsipras y las fuerzas detrás de toda esta planificación sabían que el choque, el golpe psicológico no puede durar mucho, es por esa razón que se apresuraron a realizar elecciones anticipadas.

Y todo pudo haber pasado de otra manera, si solamente hubiese existido una fuerza o líderes honestos para contestar o desafiar inmediatamente la política traicionera de Tsipras, para denunciarlo à él y su compinches, de manera análoga al tamaño monumental de su capitulación y traición, ejerciendo su pleno mandato, no hubo nadie para tratar de impedírselo por todos los medios y conservar la promesa de continuar la lucha contra el régimen neocolonial [financiero] a toda costa. Pero desgraciadamente no había ningún tipo de fuerza alternativa e incluso los «disidentes» de Tsipras al interior de su mismo partido SYRIZA, indirectamente lo apoyaron, primeramente por la suavidad de sus reacciones ante su traición, segundamente por su falta de credibilidad y eficacia política frente a tales circunstancias críticas y cruciales.

Alexis Tsipras con el masivo respaldo popular al inicio de Syriza

3. Pregunta: ¿Verdaderamente no existía ninguna otra fuerza política para seguir la lucha? ¿Cuál es la situación social hoy en Grecia?

Dimitri Konstantakopoulos:
Desgraciadamente no. Los griegos no votaron por esperanza sino por desesperación.

Por ejemplo voy hablar del caso del partido Unidad Popular, está nueva agrupación política está formada por antiguos miembros de Syriza que se rebelaron tardíamente a la traición de Alexis Tsipras y su clan. Es un partido más o menos con una vieja mentalidad comunista. Hay una destacada personalidad miembro de este grupo, es la Sra. Zoe Konstantopoulou última Presidenta del Parlamento griego. Unidad Popular también cuenta con el respaldo de una figura histórica, se trata del señor Manolis Glezos patriota de la resistencia griega a la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Fue él quien retiró (secuestró) la bandera nazi que los hitlerianos habían izado en la Acrópolis durante la invasión germánica de Grecia en 1941. Este nuevo partido —Unidad Popular— ha tenido un fracaso total en las últimas elecciones de septiembre de 2015. Ni siquiera logró conseguir un puesto para estar representado en el nuevo parlamento porque no consiguió el mínimo 3% de los votos para estar representado.

En mi opinión, estos ex-miembros de SYRIZA que se oponen actualmente a Alexis Tsipras, tienen también una gran responsabilidad en toda esta historia que culmina trágicamente con traición. A pesar que se trate de una responsabilidad menor. Estos ex-miembros de SYRIZA no actuaron de manera eficaz, seria y responsable para tratar de detener o bloquear las locas y unilaterales decisiones de Tsipras en su «carrera hacia la firma de la capitulación», y de no haber protestado consistentemente en el momento oportuno, cuando estaban al interior del mismo partido SYRIZA como miembros.

Estas personas han cometido enormes errores que no son accidentales y que reflejan su mentalidad y su falta de visión ideológica y política. Viven en un impase (dógmatico-ideológico) del cual no saben cómo salir.
Para mí, la crisis griega de este verano 2015 resume la quiebra —sin excepción— de todos los componentes políticos de la antigua izquierda comunista griega.

No cabe duda, Tsipras se convirtió en un one man show (un hombre espectáculo) piloteando él solo al país y las negociaciones con sus compinches y en momento dado, éste one man show y su camarilla hicieron lo que quisieron. Y los actuales miembros de Unidad Popular hoy, pero que eran miembros de SYRIZA en esa época ¡aceptaron y permitieron que todo esto ocurra sin pestañear! ¡No protestaron cuando tenían que hacerlo!
Cuando la capitulación y traición de Alexis Tsipras se concretizó, ellos se comportaban de una manera muy extraña y cuestionable, no condenaron inmediatamente los hechos, no dijeron nada, sólo declararon que tenían pequeñas discrepancias con el Primer Ministro Alexis Tsipras.

Estas personas que han fundado el partido Unidad Popular pensaron ingenuamente que la mejor respuesta a las grandes preocupaciones del pueblo [y a la traición de Tsipras] era la de crear ¡un nuevo partido de izquierda!
Al pueblo no le interesa un nuevo partido de izquierda. El pueblo se interesa de saber cómo se puede salvar al país y su economía de la cual todos dependen.

Volveré hablar de las fuerzas alternativas más tarde, pero me gustaría terminar mi primera respuesta en relación a la explicación y el significado que han tenido los resultados de las elecciones [de septiembre de 2015].
No hay que olvidar que la situación política y social en Grecia es fundamentalmente diferente de la situación que viven otros países de la Unión Europea. Aquí en Grecia tenemos una crisis de características tipo «Weimar», quiero decir con esto, que es muy similar lo que está sucediendo aquí con lo que pasó en Alemania antes de la llegada de Hitler. Es una crisis que amenaza directamente las bases, las entrañas mismas que condicionan la formación social, la democracia y el Estado-nación [como organización social]. Vivimos en la inseguridad más absoluta, sin saber si mañana vamos a tener un trabajo, una pensión, un hospital para ser atendido o ganar dinero para alimentar a los niños. En una palabra no sabemos si vamos a tener mañana un país y un estado. En tales circunstancias la gente no se orienta por ideología o preferencias absolutas sino por la necesidad de elegir entre las soluciones existentes y aquellas que les parecen las menos malas.

Así que en estas condiciones dadas, yo escribí que se cristalizaron dos corrientes de voto en las elecciones de septiembre 2015, dentro de la mayoría que votó NO en el referéndum de julio del mismo año.
La primera corriente se orientó hacia la abstención, que fue del 45% [del cuerpo electoral votante], lo cual es un récord absoluto en la historia griega, mucho más que en las elecciones de 1946 que fueron boicoteadas por la izquierda comunista. Otro 5% fueron votos nulos o inválidos. Otro 5% fueron a votar a favor de payasos políticos o pequeñas formaciones políticas marginales, etc. Así que ha sido menos de la mitad del electorado griego quien ha votado a favor de un partido político en septiembre de 2015, es decir después de la traición de Tsipras al pueblo!

La segunda corriente del electorado, decidió votar de todos modos por SYRIZA, [a pesar de la traición] porque pensaban que a pesar de todo era mejor que el otro candidato que representaba al partido de derecha [griega] llamado Nueva Democracia (ND) y PASOK (Partido “Socialista” pero aliado a la derecha griega), los cuales, con justa razón son considerados como los dos partidos históricamente responsables del desastre económico del país. Por otro lado, Nueva Democracia prometía aplicar el acuerdo de Tsipras pero con más rigor aún. En cambio, SYRIZA hacia creer todavía que trataría de suavizar ciertas cláusulas del acuerdo, de adoptar medidas «equivalentes», de negociar la deuda, de luchar contra la corrupción. «Danos una oportunidad de gobernar», fueron los gritos lanzados por Tsipras durante la campaña electoral.

SYRIZA también se benefició mucho del «sistema» que controla y manipula los medios de comunicación y las encuestas. Ellos fueron capaces de dar la impresión de que las elecciones era una batalla muy reñida entre la Derecha [griega] y SYRIZA, y está desinformación impulsó más a la gente a votar a favor de SYRIZA. Esto es una prueba del carácter centralizado y manipulador de la comunicación bajo control de la esfera pública [estatal] en Grecia, como lo es igualmente en otros países europeos. Pero esto demuestra que el candidato favorito real del «estado profundo» griego, —que está estrechamente vinculado con las potencias extranjeras, especialmente los EE.UU. — no era otro que SYRIZA.

Mi impresión es también que la campaña electoral de Tsipras a beneficiado mucho de la ayuda externa de importantes «fuerzas internacionales» que lo «asesoran» en secreto, a su camarilla y consejeros políticos, tanto en estrategia y comunicación desde los años 2012-2013 sin que su propio partido sepa o controle estos tipos de «cooperación». Vimos por ejemplo un montón de gente que trabajó en el pasado para Georges Papandreou acoplarse al nuevo equipo de trabajo de Tsipras. Ahora nosotros sabemos que Papandreou estaba completamente manipulado y controlado por las fuerzas oscuras de la Finanza Internacional y por los estadounidenses.

Pero como yo no quiero ser acusado como un adepto de las «teorías conspirativas», me limito a citar sólo un hecho que no se puede refutar. En el prestigioso periódico conservador heleno Kathimerini, fue publicado el domingo 27 de septiembre 2015 un informe demoledor, escrito por el mismo embajador griego en Washington. De este informe se desprende que el Gobierno griego estaba guiado [controlado] por la administración norteamericana a todo lo largo del período de las negociaciones financieras [con la Troika] y en relación con poder estadounidense e incluso en relación con ¡la estrategia de comunicación internacional adoptada por Grecia! Gracias a este informe se hace evidente que las supuestas aperturas de Atenas [en busca de un aliado] a Moscú fue sólo un ¡juego de diversión previamente aprobado con Washington!

No debemos olvidar que el caso griego no es sólo un gran juego económico y político sino también geopolítico. La administración estadounidense y los financieros europeos tienen el mismo objetivo y necesidad, la de formar en Grecia un gobierno que aplicará a la letra el acuerdo firmado con los acreedores. Pero difieren en dos puntos. Los estadounidenses, sus amigos en Europa y el FMI quieren dar un ligero alivio de la deuda griega y también prefieren en Grecia un gobierno surgido de la alianza entre Tsipras y el (muy pro-israelí) partido Nueva Democracia del Sr. Kamenos en lugar de ver surgir un gobierno «de unidad nacional» (de frente amplio) que es la solución preferida por los alemanes. Esto se debe a que Washington (y también Netanyahu) tiene proyectos geopolíticos importantes en el Mediterráneo Oriental y en los Balcanes, y estos piensan ya que un gobierno Tsipras-Kamenos ayudará más a concretizar dichos planes a cambio de un apoyo con relación a la deuda griega. Estas fuerzas imperiales están tratando de involucrarse en solucionar el conflicto en Chipre que transformaría esta isla —de una importancia estratégica colosal— en un protectorado estadounidense-británico «post-moderno».

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Para volver al resultado de las elecciones, hoy tenemos en Grecia un parlamento y un gobierno que representan de manera muy deformada la voluntad del pueblo griego. Este Parlamento tiene que legislar y el gobierno gobernar aplicando [respetando] el acuerdo con los acreedores [financieros], acuerdo que ha sido firmado en fragante contradicción con la voluntad expresada por el pueblo, contra su voluntad explícita y obligación debida hacia el pueblo. Se trata de un parlamento y un gobierno que son legales pero cuya legitimidad es muy dudosa. Todo esto puede aparecer como sutilezas legales, pero estas «sutilezas» pueden tomar una importancia capital, dada las consecuencias sociales y económicas absolutamente monstruosas que dicha política puede generar al aplicarse.

Los «errores» de SYRIZA y la manipulación indirecta de los líderes de este partido por fuerzas extranjeras permitieron a los acreedores no sólo poder «decapitar» al movimiento político de resistencia a los Memorándums [3] sino que utilizaron a estas mismas fuerzas como ejecutores de su política. También lograron transformar la izquierda griega —una fuerza cuyos partidarios en el pasado han sacrificado miles de sus vidas en la lucha por la democracia y la independencia nacional del país— en una fuerza que ultraja los mismos principios fundamentales de la nación, condenados a desaparecer tarde o temprano de la escena histórica del país.

Habrá tal vez una izquierda en un avenir, porque hay un problema social muy grave en Grecia. Pero si una izquierda existirá en un futuro será algo muy diferente.

A pesar de todo lo dicho, sería una aberración decir que si los griegos han dado su apoyo a SYRIZA, esto significa que apoyan o aceptan la política del yugo de los acreedores. Si el movimiento de resistencia política contra los Memorándums [ajustes financieros de la Troika] ha desaparecido, la corriente social de oposición a esta política no sólo existe aún, sino que va a ser más fuerte en un futuro cercano.

Como lo dijo Hobbes, para que: un poder [político] pueda ser considerado como legítimo [por el pueblo] solamente necesita garantizar la protección de sus sujetos.
Ningún gobierno griego, que actúa en el marco de los acuerdos firmados con los acreedores de la Troika, no cumple este requisito, por lo tanto no es considerado legítimo por las masas.

Alexis Tsipras y Vladimir Putin

4. Pregunta: ¿Cómo podemos explicar psicológicamente este cambio radical de Alexis Tsipras y de su partido? Se sabe muy bien que la mayoría del pueblo griego lo eligió precisamente porque prometió oponerse al ultimátum financiero de la Troika. ¿Qué le pasó? ¿Cómo explicar su traición a su pueblo? A pesar que viajó en abril a Moscú para ver a Putin y buscar aliados. Su ministro de economía, el señor Yanis Varoufakis estaba muy bien informado y decidido hacer frente a los tiburones financieros. ¿Por qué ha sucedió este cambio brutal?

Dimitri Konstantakopoulos: En primer lugar hay que señalar que Alexis Tsipras no fue a Moscú para buscar aliados, fue a Moscú sólo para tranquilizar a los griegos y fingir que estaba buscando un aliado, —cosa que es muy diferente—. Alexis Tsipras desde un principio no creía en las posibilidades de su país, de su partido y de sus más cercanos colaboradores para resistir al dictado financiero de la Sra. Merkel y de otros.
Tsipras tampoco creía desde un principio, en la lucha para liberar Grecia del yugo neocolonial de la finanza de los acreedores, yugo que Grecia sufre y está sometida desde 2010.

En cuanto a Tsipras, esta persona se caracteriza por una gran ambición personal y un deseo de poder, usando una gran inteligencia y un cierto dinamismo. Pero estas cualidades, sobre todo en el contexto de la crisis nacional griega, tan profunda, tan compleja, existencial me atrevería a decir, esas cualidades personales no bastan para determinan por si solas el resultado de una política, por más líder que sea. Todo depende más de una preparación ¡cultural e intelectual, psicológica y moral!
Si no está bien preparado en estos aspectos fundamentales, una catástrofe es segura, al querer solucionar el problema griego sin tener la preparación adecuada. Incluso mismo, si tuviéramos una persona preparada para afrontar la difícil crisis que vive Grecia, un personaje que podría asumir la responsabilidad de Grecia en su estado actual no tendría tampoco ninguna garantía de éxito. Porque esto requiere un trabajo de equipo competente.
Entonces ¿imagínese entonces lo que puede pasar si Usted no está preparado!

Tsipras utilizó durante el periodo 2011-2012 análisis, consignas y discursos en contra de los acreedores financieros [Troika] y Memorándums discursos intelectuales que no fueron inventados o creados en su propio partido.
La crítica intelectual al régimen neo-colonial [financiero] impuesto a Grecia desde mayo 2010 nunca fue una un trabajo intelectual creado por SYRIZA, ni de los economistas y ejecutivos de SYRIZA, quienes nunca comprendieron muy bien lo que está pasando en el país y que continúan hoy en día sin darse cuenta de la gravedad de la situación. Sólo hay que leer sus textos, de una enorme pobreza política e intelectual, para darse cuenta.
Usted no encontrará ninguna idea realmente innovadora, ningún análisis serio de la situación del país. Para darle un ejemplo concreto, Tsipras ha utilizado el concepto de «colonia de deudas» para describir la Grecia sometida a los Memorándums. Pero Usted no encontrará una sola frase en el programa del partido SYRIZA o en sus resoluciones que explique qué cosa es esto.
¿Para qué introducir un tal concepto si no se explica que significa, a qué noción se refiere y qué conclusión y consecuencias positivas sacar de todo esto para el análisis de la problemática griega?

Tsipras ha copiado los eslóganes y el discurso de los intelectuales independientes y del movimiento Ciudadanos Independientes «Spitha» inspirado por Mikis Theodorakis, para darle un «look» casi revolucionario a SYRIZA.
Fueron estos intelectuales los primeros que habían insistido en el carácter nacional del problema, es decir, el hecho de que Grecia no sólo se enfrenta a un programa neoliberal [financiero], sino a un programa de exterminio de nuestro Estado-Nación. Fue esa gente [donde yo participé] que lanzaron la consigna de un frente unido amplio contras los Memorándums [ajustes financieros de la Troika], con la estrategia de generar, crear un frente amplio que incluya e implique al partido de Kamenos (derecha) cómo al partido Antarsya (izquierda) y que más tarde sirvió como razonamiento político al gobierno de SYRIZA en enero 2015.

Tsipras supo incorporar a su partido SYRIZA un discurso y un pensamiento que no nacieron ni fueron forjados por ellos mismos. Alexis Tsipras adoptó estas ideas pero no asimiló su razonamiento ni su contenido, tampoco sacó las conclusiones necesarias para su aplicación. Él cree que la política es solamente la comunicación. Mi impresión es que él nunca consideró seriamente romper los lazos con los acreedores tiburones financieros. Pero si Usted no planea una tal ruptura, cualquier negociación sólo lo llevará a la capitulación.

De todas maneras Tsipras no hizo nada para preparar a sí mismo, ni preparar a su partido, ni al país para una ruptura con este sistema de dominación. Y él nunca creyó en las capacidades de su partido para manejar positivamente una crisis de esa magnitud, ni creyó tampoco en las posibilidades de su propio país. Sobre estos puntos , Tsipras sigue la regla. No ha habido durante estos dos últimos siglos de nuestra independencia líderes políticos que realmente crean en la capacidad del país y en las capacidades del pueblo griego.

Recuerdo una discusión que tuve con el señor Tsipras en 2011. En esa época al partido SYRIZA sólo se le acreditaban [en las encuestas] alrededor del 3% de votos favorables. Yo le dije entonces que sería su partido el que pronto se vería con la tarea de encarar el problema [de la deuda] griega. Mi predicción se basaba en el enfoque de que Grecia se enfrenta a una crisis tipo «Weimar» que destruiría todo el sistema político, empujando así a toda la sociedad griega a que se oriente hacia su partido político en busca de encontrar una solución. Entonces Tsipras me echó una mirada atónita y me respondió: «nosotros no podemos hacer eso».

Estaba en lo cierto. Su partido no estaba en condiciones de hacerlo, es decir, hacer frente a una crisis de tal envergadura. Sería necesario para ello transformar profundamente ese partido [SYRIZA], movilizar a toda la sociedad, en el marco de un frente amplio, de un frente democrático abarcando todos los sectores sociales, deberíamos desarrollar alianzas internacionales y un movimiento europeo que estaría a favor y con el pueblo griego y, sobre todo, que comprendería la cuestión griega como un tema de vital importancia para todos los pueblos europeos. Ni siquiera deberíamos hablar de austeridad, porque aquí tenemos un genocidio social y económico.
No se trata de una cura de austeridad. Se trata de la destrucción de un país.

Y Tsipras nunca hizo nada de eso. El directorio ejecutivo de SYRIZA se hacían enormes ilusiones sobre el papel favorable que jugaría Europa y los Estados Unidos, tenían una comprensión totalmente equivocada del entorno internacional, esperaban convertirse en un partido de izquierda socialdemócrata, a pesar que la situación objetiva no lo permitía, pero deseaban tanto el poder que no tenían la capacidad ni el deseo de desarrollar una estrategia nacional y autóctona [de resistencia]. Su elección estratégica consistía en contar con el apoyo de los Estados Unidos con el fin de oponerse a Merkel [presidenta de Alemania]. Los detalles de estas relaciones no es lo más importante. Es su «elección estratégica» lo que explica su falta de preparación, con un optimismo infundado de Tsipras se obtuvo un fracaso final. El vicepresidente del gobierno griego, Yannis Dragasakis, uno de los arquitectos de la capitulación [y traición], agradeció incluso públicamente al gobierno de los Estados Unidos por ¡el acuerdo final!

Tsipras no quería firmar el acuerdo que firmó. Pero él mismo se fue por ese callejón, por sus propias medidas, decisiones, opciones y comportamientos inadecuados que tomó, yéndose así, poco a poco, a una situación sin salida.
Pudo también por último escoger la ruptura con este sistema de dominación. Pero era mucho más arduo para él, ya que no estaba preparado para ello, pero tenía a cambio el apoyo total del pueblo con él. Y el pueblo ha demostrado a lo largo de su historia que si sabe cómo luchar.
Por otro lado, Tsipras demostró su incapacidad al no saber escoger los buenos elementos, los buenos dirigentes para que lo secunden en su difícil tarea.

Finalmente, Tsipras prefirió rendirse y capitular, ni siquiera se le ocurrió renunciar y ahora va tratar de aplicar él mismo una política catastrófica para Grecia y en última instancia, para él mismo y su partido, lo que contribuye a agudizar aún más la enorme derrota del pueblo griego, una derrota histórica de la izquierda y de la democracia europea.

Por supuesto, para ser justos y exactos, no debemos olvidar que Tsipras es también el producto de un contexto determinado y que opera en este contexto. Los partidarios de la izquierda griega tienen en su conjunto luchas heroicas que dieron en el pasado a favor de causas justas, pero que remontan a varias décadas atrás. Pero la mayoría de los ejecutivos de la izquierda o miembros del Comité Central de SYRIZA hoy, o son empleados profesionales del partido, o indirectamente se ganan la vida con él. Estamos frente a una fuerte «burocratización» con una mentalidad de «el Partido ante todo» conjuntamente con un largo proceso de degeneración [moral]. Tsipras representó en un momento dado una oportunidad histórica para la izquierda griega, sino también para toda la izquierda europea, de poder cambiar las cosas, estos defectos, estas tendencias. Pero echó a la basura esta magnífica oportunidad. Ahora sólo hace mas que reflejar, acentuar y profundizar esta degeneración histórica.

5. Pregunta: ¿Cuáles son las causas que hicieron eyectar de su puesto al ministro de Economía y Finanzas griego que dirigía las difíciles negociaciones con los acreedores piratas de la Unión Europea? Estoy hablando de Yanis Varoufakis. ¿Por qué abandonó su cargo? ¿Por qué no se siguió con el plan y la estrategia de Varoufakis? Este ministro era competente, combativo y estaba dispuesto a no aceptar el ultimátum de la Troika en perjuicio del pueblo griego.

Dimitri Konstantakopoulos: Tengo un gran respeto por el hecho de que Varoufakis estuvo en desacuerdo con la capitulación final, a pesar que sus votos en el parlamento eran un poco contradictorios, no votó por los acuerdos la primera vez en el Parlamento votó a favor en la segunda vez, etc.

Yanis Varoufakis nos ha dado un testimonio muy importante, él cuenta que después del referéndum fue a la oficina del Primer Ministro [de Alexis Tsipras] quien se encontraba reunido con sus colaboradores más cercanos [su camarilla] y todos ellos estaban muy enojados porque el NO a la Troika había ganado ¡con 62 % de votos en el referéndum! ¡Tsipras estaba furioso con ese resultado!
Varoufakis fue sacrificado porque Tsipras quería a cualquier precio aceptar el acuerdo con la Troika, aunque que las condiciones fuesen extremadamente duras y humillantes para el país y para cualquier persona que tiene una dignidad humana y civil.

Hablando del plan o estrategia del Ministro de Economía, de Varoufakis, yo no conozco su plan en detalle, entonces no puedo pronunciarme si era factible o no. Pero me parece, vista las circunstancias, que únicamente un plan técnico-económico no hubiese bastado, aunque necesario cierto, lo que más hace falta es un plan político, incluso diría yo geopolítico, preparado con mucha antelación y con escenarios múltiples, etc. No se puede ir a la guerra contra las potencias más poderosas de la finanza del planeta así nomas. Varoufakis ha dicho un montón de cosas, a veces cosas interesantes, a veces cosas contradictorias. Por ejemplo, yo no entiendo por qué dijo en un momento dado de las negociaciones, que Grecia nunca le pedirá un préstamo a Rusia.
¿Por qué un país que se encuentra en un estado tan crítico y amenazado descarta por adelantado una posibilidad de contar con una ayuda [financiera y política] de Rusia?

Creo que el Sr. Varoufakis puede aportar una contribución interesante a los problemas que los pueblos europeos que se verán enfrentados tarde o temprano. Varoufakis puede contribuir positivamente a la elaboración de un análisis y estrategia alternativa contra el régimen [financiero dictatorial] que se ha establecido en Europa. Pero dicho esto, les recuerdo que si el caso griego de Tsipras y SYRIZA debe enseñarnos algo, es que debemos tener enorme cuidado con los líderes estrellas, con los one man show (hombre espectáculo) y las soluciones fáciles. Necesitamos un esfuerzo político e intelectual tremendo, muy serio, para poder hacer frente ante las amenazas muy graves que se ciernen contra los pueblos europeos. La buena comunicación puede hacer milagros en el tipo de sociedad en que vivimos, pero la comunicación debe estar subordinada a la política, ¡no la política a la comunicación!

Volviendo hablar de las negociaciones griegas, temo que todo el asunto fue jugado mucho antes del referéndum. ¿Nunca entendí por qué el gobierno heleno desde el principio se encaminó para reconocer la deuda griega, por qué aceptaron de negociar sobre la base de un programa y calendario ya determinado y establecido, por qué exigieron a cada rato un programa fijo, punto por punto y preciso hasta julio, por qué gastaron todas las reservas del país para pagar regularmente y puntualmente a los acreedores financieros?
Todo esto no es coherente, todo esto demuestra que nunca existió un proyecto político griego contra los piratas financieros de la Troika.

Pero como ya les dije, tenemos una gran cantidad de información e incluso la prueba por el texto del embajador griego en Washington, que el gobierno de Tsipras era «guíado» en estas negociaciones por parte de la administración de los Estados Unidos. Por otra parte, si analizamos la situación, ¿quiénes son los grandes ganadores de la crisis griega de julio 2015? ¡Los ganadores son exactamente los Estados Unidos y las finanzas [especulativas] internacionales!
Ellos fueron capaces de neutralizar SYRIZA como fuerza real de contestación social al orden neoliberal establecido en Europea, que con justa razón se le llama también el «capitalismo financiero de las catástrofes».
Hay que aceptar incluso, que han tenido la fuerza y capacidad de transformar una fuerza política [como SYRIZA] para que sirva a sus objetivos. Impidieron a Alemania que expulse Grecia de la zona euro e impidieron también que Grecia se oriente o busque un aliado con Rusia. Estas fuerzas de la finanza internacional también han demostrado que son ellos los que hace la ley en los Asuntos Europeos a través de París, Roma, BCE, FMI y otra fuerzas interpuestas. De esta manera infligieron a Berlín su mayor derrota política después de la Segunda Guerra Mundial, cortando corto y rápido a las ambiciones hegemónicas de Alemania en Europa.
No, no es un éxito para nadie en Europa, ¡se trata de una victoria para Estados Unidos y para la gran Finanza Internacional!

Para que SYRIZA llegue a obterner un resultado diferente, debió elegir otras opciones y mucho antes. Debió explicar claramente a Berlín y Washington, antes de las elecciones, que Grecia no puede aceptar más la continuación de un programa [financiero] que destruye al país y que es absolutamente indispensable encontrar una solución, si no el país y su posición geopolítica no podrán ser consideradas como algo concreto y existente. Se tenía que tratar de establecer, de crear una cuestión política, un tema político internacional en torno a la cuestión griega, explicar a los demás pueblos europeos exactamente lo que está sucediendo en Grecia y por qué es tan importante este problema para toda Europa. Incluso ahora la mayoría de la gente que muestran su solidaridad con el pueblo griego lo hacen más bien por instinto, no conocen a fondo la verdadera situación del país.
Sí, había que ir a buscar a los rusos, a los chinos, a la gente de los BRICS, a las fuerzas alternativas en el establishment de Europa y EE.UU., y trata de ampliar el espectro, ampliar el campo de los posibles aliados internacionales dispuestos a dar su apoyo.
Todo lo que SYRIZA no ha sido capaz de hacer o no quiso hacer. Los dirigentes de SYRIZA esperaban encontrar una salida fácil que les permitiría al mismo beneficiarse de poder sin asumir el riesgo de una gran confrontación.

Recuerdo muy bien mi última larga discusión que tuve con Alexis Tsipras en el otoño de 2012. Yo le propuse a que diga toda la verdad a los griegos respecto a la difícil y trágica situación del país. Le dije: «que no tenía que prometer sacrificios para rehabilitar al país, ponerlo en pie o rehacerlo independiente, ¡no! Las únicas promesas que SYRIZA puede y debe hacer al pueblo, le dije, es que todos los griegos tendrán algo de comer, un techo donde cobijarse, medicamentos y habrá un esfuerzo para distribuir equitativamente y de manera justa los sacrificios». ¡No se puede llevar al pueblo a la guerra, diciéndoles que vamos a un picnic!, eso fue lo que le dije.
Él me respondió: «no ganaré las elecciones si me pongo a decir tales cosas».
El referéndum del 5 de julio demostró que no tenía razón. Pero incluso si tenía razón, ¿por qué ganar las elecciones del referéndum para llevar esa victoria [del pueblo] finalmente a un estado tan estéril y trágico?
Al final de nuestra conversación, cuando ya estaba saliendo de su oficina, de repente se volvió hacia mí y sin ninguna razón aparente, tratando de reconfortarme, me dijo: «No voy a firmar ningún nuevo Memorándum».

Más me recuerdo de esta discusión, más creo yo que él quería tranquilizarse y reconfortarse a sí mismo. Quizás él ya sentía de alguna manera, que estaba yendo por el camino equivocado que lo llevaría a una situación trágica, de deber firmar él mismo el acuerdo más catastrófico para su país de los últimos años.
Pero para ser justos, hay que reconocer que ningún otro político griego se ha atrevido a utilizar un tal lenguaje para con el pueblo. Todos siempre han preferido, incluso ahora, jugar con las falsas esperanzas y con las ilusiones de la gente, por eso siguen siendo como estatuas del pasado en vez de ser heraldos de un futuro mejor. Es tal vez la razón por la cual una verdadera alternativa [para remplazar] a SYRIZA aún no ha emergido y eso explica en parte porque Tsipras aún pudo ganar las elecciones [de septiembre].

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6. Pregunta: De hecho, esta es una evidencia y un testimonio muy grave de la ¡hipocresía y la perfidia de Alexis Tsipras hacia su pueblo! Por ejemplo, el anécdota contado por Varoufakis cuando aún era su Ministro de Economía ¿es la única prueba existente sobre el doble rasero de Alexis Tsipras?

Dimitri Konstantakopoulos: Bueno, veo que Usted está muy intrigado por el enigma Tsipras. Por supuesto que podemos avanzar explicaciones psicológicas y psicoanalíticas. Por ejemplo un experimentado y viejo periodista, Mihalis Stylianou, antiguo director de la agencia de noticias griega, comparó en un artículo a Alexis Tsipras con Dorian Gray, el personaje principal de la famosa novela de Oscar Wilde. Las motivaciones y la psicología de los líderes juegan un papel muy importante en el tipo de crisis que atraviesa por ejemplo Grecia. Podemos decir muchas cosas allí al respecto, pero creo que es importante tener siempre presente el criterio de la Praxis. Hay que juzgar a la gente más por lo que hacen y menos por lo que dicen o por su supuesta psicología.

La novela de Wilde es un magnífico libro para aquellos que quieren comprender ciertos aspectos de la naturaleza humana. Pero hay otra novela que puede explicar de una manera verdaderamente apocalíptica la dimensión psicológica y moral de lo que está sucediendo en Grecia estos últimos cinco años. Esta novela es El proceso de Franz Kafka. Hay que poner simplemente al pueblo griego en lugar del acusado y la Troika de acreedores en lugar del Tribunal, para comprender exactamente lo que está sucediendo hoy en día en este país. Porque para destruir una sociedad, una democracia, un estado, la guerra económica no es suficiente, también hay que destruir las ideas, la confianza, la moralidad de las personas de un pueblo.

Y no es por casualidad que yo cito estas obras maestras de la literatura universal, obras que fueron escritas en Europa Central durante una época muy negra de su historia. Es por lo que está pasando actualmente en Grecia que Europa vuelve a entrar en una época que creía desaparecida con la victoria sobre el nazismo en 1945. El «experimento» griego de hoy en día, no es solamente un experimento económico y social, sino que también es una experimento sin precedentes de la manipulación de una sociedad, de sus élites y líderes.

7. Pregunta: Después de la capitulación y traición de Alexis Tsipras una facción dentro de su propio partido Syriza dejó el movimiento para fundar un nuevo partido político que le han dado el nombre de Unidad Popular en memoria del presidente chileno Salvador Allende. ¿Quiénes son estas personas y qué objetivo buscan con esta acción?

Dimitri Konstantakopoulos: Yo hablé de esta nueva agrupación política anteriormente [en la pregunta 3], la gente que creó el partido Unidad Popular eran miembros de SYRIZA que se opusieron a la capitulación de Tsipras pero ya muy tarde, cuando todo estaba decidido.
Pero tengo que precisar que el pueblo no votó abrumadoramente a favor de SYRIZA porque el pueblo se identificaba con la izquierda. ¡No! Es al contrario, ¡el pueblo se inclinó a la izquierda porque se identificaba con el país, pensaba que el país podía ser salvado por esa agrupación política de izquierda [SYRIZA]!

Es este aspecto indirectamente nacional, lo que permitió a SYRIZA convertirse en una fuerza política importante y ganar las elecciones de enero 2015. Pero Usted no encontrará ninguna referencia a esta cuestión, a esta problemática en los textos [análisis] y en los discursos políticos de Unidad Popular.

Hay que volver al pasado y tener bien en cuenta la historia si queremos entender bien lo que está pasando hoy en día con la izquierda griega. El Partido Comunista de Grecia fue el líder de una gran revolución nacional, tanto política como social que aconteció en Grecia durante la época de la ocupación fascista de 1941 a 1944. Fueron los cuadros comunistas que organizaron principalmente este gran movimiento, que controlaba dos tercios del país antes que se expulsen a todas las tropas nazis alemanas que ocupaban el país. Su organización y su ejército constituían un verdadero poder. Pero como era gente muy disciplinada, que creían mucho en su partido [comunista] y en la URSS, ellos habían confiado la dirección [jefatura] del movimiento, así como la gestión, a un pequeño grupo de burócratas, absolutamente incompetentes y sin educación, la gente de esta jefatura sin conocimiento venían de los rangos del Komintern, KUTV. Bajo las órdenes y con el apoyo activo de Moscú, los líderes [jefatura] del Partido Comunista de Grecia firmaron en 1945 un acuerdo de capitulación con el gobierno griego [en el exilio] manipulado por Londres, donde aceptaban de desarmar totalmente todo el movimiento de resistencia armada que controlaban y sin obtener las garantías adecuadas a su favor. Este acuerdo, en lugar de conducir a una paz civil se transformó en una guerra civil [griega] salvaje que finalizó con una aplastante derrota militar del ejército comunista en 1949.

Las colosales derrotas, históricas e incomprensibles de 1945 y 1949 determinaron la mentalidad de la izquierda comunista [griega] así como las diferentes corrientes que emanaron de ella y desde entonces. Llevan como una marca genética en el mismo ADN de la izquierda griega. Transformándose poco a poco en una fuerza absolutamente burocrática y dirigida más o menos por métodos estalinistas o «post-estalinistas», decididos a no ocuparse más de cuestiones de poder y aceptar los acuerdos de Stalin en Moscú y Yalta que colocaron a Grecia en la esfera de dominación de Occidente.
El partido estaba más ocupado a establecer su aparato burocrático y a reprimir a los disidentes que aparecían regularmente en sus filas, tratando de controlar los movimientos sociales y a explicar su línea política, ¡línea política que la mayor parte del tiempo era contraria a las opiniones de sus miembros y simpatizantes! Solamente ha habido una vez que los comunistas han tratado de «jugar» con los asuntos de gobierno y poder, esto fue durante la influencia revisionista de Gorbachov. Posteriormente, hicieron una alianza con la derecha [griega] contra el PASOK [socialistas griegos] en 1989, alianza que se convirtió en un fiasco y que los condenó a más de veinte años de una existencia [política] marginal en Grecia.

Es Tsipras quien cambió esta situación, en primer lugar porque se interesó en el poder y en segundo lugar, porque Tsipras adoptó las consignas y los eslóganes casi «revolucionarios» del movimiento intelectual en contra de los Memorándums, pensamiento desarrollado entre 2011-2012, y que no provienen de su partido [SYRIZA]. Como ya lo dije, Tsipras utilizó estas ideas sin realmente asimilar el análisis en la cual están basadas y sin sacar las conclusiones necesarias. Pero lo que es cierto para Tsipras, también es válido para todas las corrientes actuales de SYRIZA, incluyendo las supuestas corrientes que se declaran ser más izquierdistas. SYRIZA significa Coalición de la Izquierda Radical, pero en realidad se trata de personas muy conservadoras. A pesar que a veces repiten las consignas de la izquierda de los años 30, se trata más bien de un ritual, no hay un pensamiento agudo, crítico [progresista] guiado por la necesidad y por la utilidad que es indispensable en la lucha para cambiar la sociedad.

Uno de los principales problemas que la sociedad griega enfrenta, y pienso que las demás sociedades europeas también, es la falta de una producción intelectual crítica seria, y esa carencia dura ya varias décadas, esa carencia de nuevas ideas, que puedan analizar concretamente la sociedad en la cual vivimos hoy, la falta de propuestas, de alternativas nuevas o radicales a los problemas del siglo XXI. Hemos vivido en condiciones bastante buenas o muy buenas [en Europa] hemos podido escribir libros sobre Marx 1848, dar nuestra solidaridad a Chávez (pero mucho menos con los serbios o árabes bombardeados y masacrados por nuestros ejércitos de la OTAN). Pero habría que retroceder en el tiempo —salvo algunas excepciones—, hasta los años 1968 o 1970, para encontrar realmente un ambiente de protesta y de contestación social seria en Europa.
Las capitulaciones de Mitterrand [del «socialismo» francés] en Francia, de Papandreou en Grecia y en especial el ejemplo de la caída descontrolada y caótica de la Unión Soviética siguen dominando las mentes, por lo que mucha gente piensa que, en definitiva, vivimos en el mejor de los mundos posibles hoy en día. Ellos no quieren darse cuenta de corremos el riesgo, que de pronto podríamos estar en el peor de los mundos posibles, lo que ya está sucediendo en Ucrania, Grecia y Oriente Medio, ya es una realidad fatal.

En Grecia ya hace décadas que ninguna idea seria ha surgido en el país, la nación consume de manera no productiva los recursos que la Unión Europea le ha procurado a cambio de la conquista de su mercado interior, la desindustrialización del país, el desastre de su producción agrícola en el contexto de la Unión Europea y el alineamiento cada vez más pronunciado de la política exterior y militar griega a los dictados de la OTAN y de los Estados Unidos.

Pero para enfrentar con eficacia la guerra económica externa, en la cual Grecia es víctima por parte de sus acreedores financieros [especuladores], es necesario también tener un análisis a fondo de comprensión y formación del «kleptocapitalismo» en Grecia en particular, tener un programa de transición para organizar la sociedad en torno a sus problemas prácticos y concretos, no sólo repitiendo consignas y eslóganes abstractos, que corresponden más a [lucha obrera] de Manchester en el siglo XIX que a la Grecia de hoy.
Sin embargo, ni SYRIZA ni sus diversas tendencias [políticas] no tenían ni siquiera el más simple esbozo de un programa de este tipo. Es por eso que los griegos, a pesar que han votado en contra de la continuación del régimen [financiero] neocolonial, dicen en las encuestas que ellos están a favor del euro [moneda europea]. Ellos expresan de esta manera su desconfianza en la capacidad de su propio gobierno [Estado] y que no creen en la capacidad de sus líderes y dirigentes, por ejemplo, en este caso, su desconfianza en los nuevos líderes de Unidad Popular, para que estos se conviertan en los líderes del país en lucha contra los acreedores financieros de la Troika.

Hay otro aspecto desconocido y sin el cual no se puede explicar lo que ha pasado en Grecia. Y es el hecho de que SYRIZA fue y está dirigida de una forma absolutamente antidemocrática. Tres personas toman todas las decisiones: Tsipras, Pappas y Flambouraris.
Si el modo de funcionamiento hubiese sido otro, la capitulación de julio 2015 [ante los acreedores Troika] sería imposible o al menos muy, muy difícil, como la capitulación de 1945. La falta de democracia interna también estuvo intrínsecamente ligada a la degeneración del PASOK [partido socialista griego] en los años 1980.

Resumiendo, ni la «Plataforma de Izquierda», ni Unidad Popular, ni ninguna de las otras tendencias o partidos que operan dentro de SYRIZA, ninguno puso en tela de juicio este sistema de poder dentro del partido y dentro del mismo gobierno. Aceptando de facto este modo a cambio de un pedazo de poder y de oficinas en el partido o en el gobierno, a partir de enero 2015.
De manera general, todos los «disidentes» de SYRIZA guardaron sus diferencias al interior de los órganos del partido, fieles a una interpretación muy estalinista del leninismo. Dada la naturaleza fuertemente burocrática de SYRIZA, tal tipo oposición no tenía ninguna posibilidad de éxito.

Durante seis meses, la oposición [dentro de SYRIZA] no previó y no hizo nada para evitar una capitulación final. Ella aceptó de facto que Tsipras y sus amigos decidan por sí solos todos los asuntos relacionado con la negociación [con la Troika]. Cuando se produjo la capitulación, reaccionaron muy tarde y con suavidad. En lugar de gritar en voz alta que esto es una enorme traición, Lafazanis decía en esos momentos críticos que se trataba de pequeños diferendos, gracias a los cuales la izquierda saldría más reforzada!

¡Por favor! Si hay un asesinato o una mujer está siendo violada, Usted no puede quedarse ahí tranquilo sentado sin protestar, sin reaccionar, Usted no se va a poner a escribir una carta de protesta a los criminales que están cometiendo una fechoría, tampoco va decir estupideces, como por ejemplo, «actos de poca gravedad», Usted no va reaccionar así, estúpidamente, si Usted es una persona normal, Usted interviene y reacciona oportunamente.
En el momento en que Tsipras cambiaba repentinamente de rumbo la conducta, la esencia de la política griega y europea, los disidentes de SYRIZA trataban en esos momentos de demostrar que a lo sumo era algo intrascendente, comparado con las «venerables» decisiones tomadas por Congreso y el Comité Central [del partido SYRIZA]. Su horizonte «insuperable» es el horizonte del Partido «sagrado», es el horizonte de la «Izquierda». Su horizonte no es el Pueblo, ni la Nación, ni la Historia. Esta gente estaba en una frecuencia, donde sólo les quedaba más que perder.

Tsipras no pidió la opinión de su partido antes de firmar la capitulación [con la Troika]. Tsipras tampoco pidió la opinión de su partido o preguntó lo que pensaban de él después de la capitulación. Los 109 miembros del Comité Central [de SYRIZA] no estaban de acuerdo con esta política, es decir la mayoría absoluta del ejecutivo de SYRIZA.
¿Qué es que lo hicieron cuando Tsipras firmó el acuerdo que va en contra de todas las decisiones del Partido y en contra del mandato del pueblo, en contra del respaldo nacional que Tsipras recibió en dos ocasiones por el pueblo griego y que puede tener consecuencias catastróficas para la nación griega y para toda la izquierda europea?
¿Qué hizo toda esa gente, esos 109 miembros en ese momento tan crucial?
¿Se les ocurrió ir volando a la oficina de su jefe y ponerlo contra el muro pidiéndole una explicación?

¿Se les ocurrió convocar una reunión de urgencia del Comité Central o un congreso extraordinario?
¿Es que denunciaron públicamente el comportamiento aberrante de su líder? ¡No! ¡Nada de eso! Después de varios días de espera y deliberaciones internas, firmaron una declaración en la que expresan su desacuerdo con la política seguida y pidieron a Tsipras de convocar al Comité Central, evitando de hacer críticas personales hacia Tsipras. Por supuesto, en tales condiciones, Tsipras ni siquiera se molestó en responderles. Tsipras convocó al Comité Central después que todo fue firmado y votado en el Parlamento y después de incorporar a sus «nuevas filas» una parte de los 109 miembros con él.
Vamos a discutir de la política del partido en … en febrero de 2016, durante el Segundo Congreso de SYRIZA, cuando ya no haya nada que decidir.

Por la manera de comportarse, de actuar, de reaccionar, por su mentalidad, todos los «disidentes» de SYRIZA dieron en una bandeja de plata toda la capacidad de iniciativa a Tsipras, tanto a nivel nacional como a nivel del partido, nunca se opusieron fuertemente ante un diferendo, reconociendo así implícitamente que SYRIZA era la propiedad del Líder y de sus amigos. Y decidieron abandonar SYRIZA para formar el partido Unidad Popular solamente cuando Tsipras anunció elecciones anticipadas de septiembre 2015 [o sea después de la traición y firma con los acreedores de la Troika] sabiendo que serían excluidos de las listas como candidatos a las votaciones [dentro de SYRIZA].

Además, Unidad Popular hizo exactamente lo que Tsipras deseaba que hicieran. Los líderes de Unidad Popular, creyendo que los hechos les daban la razón y que Grecia necesitaba absolutamente salir de la zona euro, —queriendo incluso tomar su revancha— contra la gente que no se había decidido sobre esta cuestión. Ellos adoptaron una posición absoluta e incondicional respecto al tema de la moneda única [euro, salir del euro, volver a la antigua moneda nacional, el dracma] y una línea de defensa completamente sectaria. El resultado fue un desastre político para ellos en las elecciones de septiembre 2015.

No podemos comenzar a organizar una resistencia [ante la Troika y los acreedores financieros especuladores] por la cuestión del euro. Hay que comenzar a explicar a la gente cómo se va a mejorar y solucionar la situación de la producción y el estado de la sociedad, de la maquinaria organizativa estatal, primero hay que organizar e involucrar al pueblo, y sólo después, si las condiciones o situaciones lo creen necesario, si se requiere, la gente entonces va a entender que la adopción de una nueva moneda es bienvenida.
La gente en Grecia no les gusta el euro, pero no están convencidos que haya una fuerza [al interior de Grecia] capaz de llevarlos fuera de la zona euro de manera segura, y como no están seguros de lo que les espera, no están convencidos. No podemos empezar por la cuestión del euro, pero si podemos terminar por la cuestión del euro. Esa es la diferencia.

Para todas las fuerzas políticas griegas, para los que apoyan al euro o para aquellos que se oponen, para ambos el tema de la moneda se convirtió en una bandera de lucha, bandera que oculta la ausencia de un verdadero programa alternativo dentro de ellos, bandera que oculta la ausencia de una verdadera estrategia que pueda solucionar el problema griego.

8. Pregunta: ¿Cómo se vive la situación económica en Grecia hoy en día?

Dimitri Konstantakopoulos: Grecia se enfrenta a una grave crisis económica nunca antes vista en otras partes del mundo.
Nos acercamos a una década de crisis económica continua, diez años de crisis. Ayer leía un artículo de un profesor economista y decía que estaba estudiando los datos económicos en el mundo entero y decía que él no había encontrado un país que haya experimentado una crisis durante 10 años consecutivos similar a crisis griega, ¡eso no ha existido hasta ahora en ninguna parte!

Para darles una base de datos fundamentales, el PIB (Producto Interior Bruto) de Grecia se ha reducido en un 30% en cinco años, esto es más grande que las pérdidas materiales de Francia o Alemania durante la Primera Guerra Mundial. Las inversiones se han reducido en casi un 50%, el desempleo juvenil es superior al 60%. La gran mayoría de personas que tienen un contrato de trabajo precario solo pueden sobreviven con la ayuda de sus familias.

Ahora, se aplicarán pronto otro paquete de medidas de «ayuda financiera» salvaje. De acuerdo con el pronóstico del propio gobierno griego, el PIB del país se reducirá en más de un 4% para los dos años 2015-16 y el desempleo seguirá aumentando. Hasta finales del año 2015 se espera el cierre de 60.000 empresas. El país se orienta hacia el cierre de 150 unidades de cuidados intensivos de los hospitales griegos. El saqueo del país continúa. Una empresa alemana comprará por una miseria todos los aeropuertos griegos que dejaban ganancias al Estado griego, ganancia estatal que permitía al Estado griego de poder brindar una buena manutención a otros aeropuertos que eran menos rentables. Las medidas impuestas por la Troika tendrán un efecto devastador en la industria turística y farmacéutica del país. Podemos continuar con esta larga lista de desastres que ya descrita en este acuerdo impuesto a Grecia por los gobiernos de Unión Europea y la Comisión Europea, que están al servicio de banqueros internacionales, como lo están también la Sra. Lagarde y el Sr. Draghi, el hombre de Goldman Sachs, quien resulta ser el verdadero Primer Ministro de Economía de Europa.
El crimen [financiero] y saqueo continúa.

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Y al mismo tiempo, la deuda griega sigue aumentado, es decir, en relación con el PIB, estaba en 120% antes de que se apliquen estas políticas y ahora está 180%. Nos enfrentamos a la mayor catástrofe económica y social que se ha producido en Europa desde 1945, no hay nada comparable. Hay que retroceder en el tiempo, hasta la Gran Depresión de 1929-1933 en los EE.UU., o en la República de Weimar en Alemania [antes de la llegada de Hitler al poder] para encontrar algo que se asemeja.

9. Pregunta: Pero no se ven signos de tensión social, en todo caso la prensa internacional no informa de confrontaciones o manifestaciones sociales de protesta violentas

Dimitri Konstantakopoulos: En 2011 y 2012 hubo una gigantesca movilización social y popular en todo el país, enormes protestas exigiendo una solución, grandes mítines con miles de personas en la calle.

Un millón de ciudadanos manifestaron varias veces en la Plaza de la Constitución de Atenas, manifestaciones y protestas al límite de la insurgencia [o de una revuelta urbana] manifestaciones que fueron brutalmente reprimidas por la policía griega. El 15 de febrero de 2012, que casi matan a Manolis Glezos y Mikis Theodorakis con granadas de gas lacrimógeno. Por primera vez aparecieron movimientos de Indignados [Occupy] acampado en el centro de Atenas. Durante la fiesta nacional griega, el 28 de octubre de 2011, cuando se celebraba el NO dado por el Gobierno griego a Mussolini, el pueblo hizo irrupción masivamente y sorpresivamente que se suspendieron las ceremonias oficiales, de esta manera el pueblo decía NO a su manera al régimen [financiero] impuesto por la Troika.

Todo esto duró hasta junio de 2012 cuando apareció entonces el partido SYRIZA. emergiendo como una fuerza capaz de ganar las elecciones y detener la política de Memorándums, así como el régimen [económico] colonial impuesto a Grecia. La población adoptó una actitud de espera, pensando que era una forma democrática y pacífica de resolver el problema del país, así como los abusivos dictados de los acreedores. Hubo, por supuesto, grandes luchas populares, como la de los trabajadores de la televisión estatal ERT, pero la actitud de espera prevaleció en los espíritus de los ciudadanos. El pueblo griego puso sus esperanzas para detener la política abusiva de saqueo financiero de la Troika en Tsipras y SYRIZA. Pero Tsipras traicionó al pueblo en julio de 2015.

Ahora yo no quisiera hacer predicciones absolutas acerca de lo que podría suceder. La gente ha sufrido un gran choque emocional a consecuencia de la capitulación y será necesario que pase un poco de tiempo para recuperarse de esta derrota. Pero tendrán pronto un nuevo y tremendo choque, cuando Tsipras aplique el programa firmado con la Troika.
¿Cómo va a reaccionar el pueblo? Nadie puede responder con certeza a esta pregunta, pero no se puede excluir una explosión social en algún momento. Hay personas, hay familias, diversas capas sociales que se destruyen cada día. La juventud votó masivamente (85%) en el referéndum por el NO, y no creo que esta juventud haya dicho su última palabra.

Una segunda posibilidad es que los griegos tendrán que aceptar su suicidio nacional, cosa que no puede excluirse totalmente. Pero el referéndum del 5 de julio demostró, que a pesar de todo, que el elemento de resistencia que constituye la célula nuclear de la identidad nacional griega moderna, que existe desde muchos siglos atrás, sigue viva todavía.

Usted sabe que es muy difícil predecir las revueltas, porque ellas no son solamente una función mecánica de la situación objetiva, sino que también dependen de varios factores muy complicados: esperanzas y desesperanzas, ideas y sentimientos de una población dada, en un momento dado.

De todos modos, está claro que hay una anomalía evidente, esta anomalía es que no hay un sistema democrático funcionando con normalidad, porque hay una tremenda ilegitimidad, sí, ILEGITIMIDAD. Por un lado hay la LEGITIMIDAD del referéndum, el hecho que el pueblo griego votó contra la política aplicada y por otro lado está el mandato dado por los votantes a SYRIZA para gobernar, pero con la esperanza de que suavice las consecuencias de la política que aplicará y con las esperanzas que siga siendo un partido con una sensibilidad de izquierda. Todo esto, es pues efectivamente, una enorme contradicción, una contradicción explosiva, que no podrá durar eternamente de manera calmada.

10. Pregunta: Y Usted como intelectual, que frecuenta los círculos de poder, de analistas y pensadores griegos, Usted que es un estudioso, investigador, escritor y periodista independiente, en su opinión, ¿cuál hubiese sido la solución para salvar a Grecia?

Dimitri Konstantakopoulos: Es muy difícil responder a eso. Es muy difícil de salvar a Grecia y más pasa el tiempo más difícil será la tarea. Creo que si queremos salvar a Grecia se debe crear un frente nacional y social a gran escala, muy amplio, serio, creíble, que repose sobre gente nueva y no en los viejos partidos políticos. Porque todas las viejas organizaciones políticas —son responsables— de una quiebra y fracaso sin precedentes.

A lo largo de la historia griega moderna, especialmente durante los terribles años 1940, siempre hubo una enorme dificultad dentro de las formaciones sociales griegas, una dificultad para producir un liderazgo competente y que sea al mismo tiempo independiente de las fuerzas extranjeras que ejerecen presión y manipulación. Es esto lo que constituye el centro del problema griego después de la independencia del país. Ni la burguesía griega ni los líderes del movimientos populares no creen en la posibilidades [y capacidades] de su pueblo, de la nación. De esta manera, Grecia, un país que resistió a Hitler como muy pocas naciones en Europa lo hicieron, fue el único país en el continente europeo que experimentó, vivió, una enorme matanza, me refiero a la guerra civil griega, la cual se desencadenó después que los griegos liberaran al país de la ocupación nazi.

Nuestra supervivencia nacional y social dependerá de nuestra capacidad para superar este problema y crear un frente amplio, que no sea un frente de izquierda o derecha, sino un frente de liberación nacional y social. Y esto también dependerá mucho de lo que suceda en otros países de Europa y en el resto del mundo en general.

11. Pregunta: En efecto, los países están hoy más interconectados económicamente y más dependientes políticamente de convenios y alianzas. ¿Tiene Usted un mensaje para las nuevas fuerzas políticas que se dicen más humanistas y progresistas, fuerzas que aparecen en Europa y en otras partes del mundo?

Dimitri Konstantakopoulos: La primera y más importante lección que debemos aprender de la experiencia griega [2012-2015], es la de estar conscientes que Europa se enfrenta desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, a la más grande amenaza que haya podido conocer la civilización europea. Por supuesto que podemos criticar y condenar a Tsipras y SYRIZA, pero tenemos que ver desde otro ángulo, ver cómo todos los gobiernos y las instituciones europeas unieron sus fuerzas, como se han aliado y colaborado ¡para estrangular a un país pequeño de Europa!
Hacen a Grecia, lo que nosotros los occidentales, hemos hecho en Irak y Libia, ¡aunque ahora lo hacen con las armas de las Finanzas y la Televisión y no con bombas! ¡Esta es una prueba absoluta de que su objetivo no es más que la demolición total del Estado Social Europeo y lo que queda de la democracia en el continente! Lo que está sucediendo en Grecia no es un fenómeno local. Es la aparición en Europa de un Imperio Totalitario de la globalización, es el nacimiento, surgimiento de una dictadura global de la FINANZA que hace su irrupción.

Hemos vivido bien en Europa, a pesar de nuestros problemas, desde la Segunda Guerra Mundial se ha vivido bien, y se fue olvidado poco a poco nuestro pasado, las feroces luchas [sociales del pueblo contra tiranías y fascismos] cuyo resultado son los elementos de la democracia y la protección social que una mayoría de europeos todavía disfruta. Creemos erróneamente que es algo obtenido, logrado, alcanzado, perenne, esta vida relativamente protegida y las libertades democráticas básicas. ¡Pero no es el caso! Todavía hay una apariencia de estabilidad si Usted vive en Roma, Berlín o París. Pero esto es una estabilidad engañosa. En comparación con Europa, la Grecia de hoy es la España de 1936-1939, la sola diferencia es que la Guerra Financiera y Política ha remplazado la Guerra Militar del pasado y el Totalitarismo de la Gran Finanza Internacional ha remplazado el Totalitarismo Fascista de Hitler de antes.
Si seguimos viviendo en ilusiones, si no entendemos la naturaleza de esta amenaza, si no nos movilizamos de manera decidida y conciente en contra de esta amenaza, de esta Hidra del siglo XXI [el totalitarismo de la Finanza Internacional], los pueblos y naciones europeas están condenados a tener derrotas y más derrotas.

La experiencia griega confirma que cualquier nuevo intento para desafiar al orden neoliberal o, para ser más precisos, para eliminar este modelo neoliberal, llamado con razón «capitalismo financiero del desastre», cualquier intento por parte de un Estado, movimiento social, será castigado y reprimido de manera ejemplar. Hay que saberlo y prepararse seriamente a estas luchas.
Las fuerzas que creen que pueden pasar por encima de esta realidad, hacer simples correcciones o ajustes social-demócratas, aplicar los métodos de la politiquería de compinches, todas estas fuerzas políticas que no se preparen correctamente a enfrentar a este monstruo de la Finanza están condenados al fracaso y a la derrota total.

También pienso, que otra lección importante a sacar, es la de no confiar ciegamente en los líderes y nuevas formaciones políticas que aparecen.
Usted sabe que Grecia no es una excepción, como se le presenta a veces. Es un caso excepcional, cosa que es muy diferente.
Excepcional en el sentido que [podemos observar aquí], porque esta Hidra de múltiples cabezas, reune aquí todas las fuerzas que trabajan y operan en Europa para dominar a Grecia, para someter a Grecia, aparecen aquí [en el caso griego], con una fuerza y una claridad sin precedentes. Hay que tener en cuenta también que nuestro país ha tenido la mala suerte de encontrarse en primera línea de la guerra contra la Finanza Internacional, guerra que será más tarde también contra otros pueblos europeos.

Tampoco hay nada de muy específico o excepcional en la derrota de la «izquierda radical» griega y de la «derecha griega soberana» del [líder] Kamenos (no hay que olvidar a esta agrupación tampoco, la derecha griega).
Si la última gran decepción en Europa ha venido de la izquierda griega, la «izquierda radical» y antes de eso, de la izquierda francesa —aunque en menor medida—, la próxima gran decepción en Europa podría venir muy bien de la «extrema derecha» o «derecha radical», a la que muchas personas parecen ahora orientarse después de la «metamorfosis» de Holande y Tsipras, y esas capas de insatisfechos en ciertos países está siendo atraída por las fuerzas de la «derecha radical».

Solamente las sociedades civiles, movilizadas en conexión orgánica con los intelectuales críticos y serios [libres pensadores], que conocen y saben usar de la televisión o los medios de comunicación social, pero que no están solamente motivados por esa falsa popularidad, podrían realmente hacer frente a este nuevo tipo de amenazas existenciales que representa el nuevo totalitarismo de la Finanza, del «Imperio» y que enfrenta la civilización europea. Hay que encontrar líderes, pero también hay que encontrar los medios de controlarlos, en un contexto democrático y colectivo, para reducir el riesgo de la traición, las posibilidades de chantaje y manipulación. Los pueblos y los partidos políticos que esperan pasivamente que se les rescate de sus problemas gracias a la llegada de un líder carismático no sólo están condenados a una derrota, sino que también facilitan la traición, el engaño o los errores de sus líderes.

Se debe decir a la gente la verdad y sólo la verdad. La politiquería es inútil y no sirve para nada en condiciones caracterizadas por crisis de tales dimensiones y sobre todo cuando uno debe enfrentarse a enemigos tan poderosos y decididos [como lo es el fascismo de la Finanza Internacional].
La gente del pueblo va a seguir [a sus líderes], aunque el camino sea difícil y árduo, pero el pueblo va a seguir solamente si les explicamos los problemas reales y de lo que realmente está en juego, cosas de gran importancia para el futuro y bienestar de todos los ciudadanos.

A pesar de su profunda decadencia actual, Europa, cuyo nombre e idea —les recuerdo— nacieron en esta tierra griega, todavía conserva grandes tradiciones intelectuales, así como una grande tradición de luchas sociales y políticas, que han influenciado fuertemente en la evolución y las ideas de todo el mundo. Pienso que ella puede —si quiere evitar la muerte que la amenaza—, encontrar en esa tradición las herramientas e instrumentos necesarios que le hacen falta para resistir y renacer. Y producir otras soluciones nuevas e innovadoras.

Una cuestión muy importante es la cuestión del euro, la cuestión de la UE (Unión Europea) y también la cuestión de la nación.

SYRIZA ganó porque tenía un mensaje (a pesar que no tenía una práctica), mensaje que combina el elemento nacional y el elemento social. No podemos reivindicar una hegemonía política en un país dado si no nos dirigimos [al pueblo], si no tenemos una comunión con la nación que queremos representar. Esta tendencia de afirmación de la identidad nacional es ahora muy fuerte en toda Europa y se fortalecerá aún más.
En primer lugar [se fortalecerá] en los países periféricos, que son hoy objeto [víctimas] de la dominación, la explotación, el saqueo económico y colonización por parte de los [capitales financieros de los] países del norte.
¡Alemania ha ganado y gana un montón de dinero con la crisis que está destruyendo Grecia!
El segundo factor, el aumento del elemento nacional, es que en una crisis, la gente busca naturalmente las marcas de sus identidades nacionales establecidas en su pasado, en su historia. La pregunta no es si debemos favorecer o bloquear esas identidades, porque allí adentro nada se puede hacer, es como querer cambiar el tiempo. Lo que podemos hacer es usar esas fuerzas de la nación, de la etnicidad, con un objetivo que puede llevar a un resultado catastrófico [por ejemplo el Hitlerismo, Mussolini] o que puede llevar a resultados maravillosos [por ejemplo Gandhi en India o Mandela en África del Sur]. De esa buena o mala elección dependerá el futuro político de todo el continente.

En ese sentido, el pueblo alemán está frente a un importante desafío que consiste en elegir entre:
si su «afirmación nacional» ¿lo llevará a convertirse en un campeón en el continente europeo a favor de un espacio democrático, próspero, independiente, ecológico, justo, solidario? o:
¿seguirá el camino elegido por Merkel y Schäuble, es decir tratar de dominar a las otras naciones europeas [más débiles] como subcontratista de la Finanza Internacional?

Uno de los triunfos del Imperio de la Finanza es que fue capaz de transformar sus pérdidas en deuda soberana y la crisis de los bancos en 2008 en crisis de deuda soberana y, posteriormente, convertir esto en un antagonismo nacional entre los Estados Europeos, para ver quién paga este desfalco. Y hay que reconocer que esto es un factor esencial de la crisis griega.
¿Podremos unir a los pueblos de Europa o a una gran parte de ellos en la lucha contra la dictadura de los Mercados Financieros y para el renacimiento de una sociedad europea democrática, social, independiente, ecológica o vamos a repetir por otros medios la [trágica y violenta] historia europea del siglo XX?

Por todos lados en Europa hay necesidad de nuevas fuerzas que puedan desafiar y contestar eficazmente la dictadura de la Finanza. Pero sin minimizar los problemas, hay que afrontarlos, con estrategias que están a la vez profundamente arraigadas en las realidades nacionales, sino también en la gran interacción existente entre las naciones europeas.

Para terminar, me gustaría añadir algo. No me gusta criticar a la gente, porque cada uno puede tener su propia opinión de los hechos.
Pero quiero invitar a las personas que argumentan desde el extranjero —y de manera muy categóricamente— de querer defender estos valores, yo los invito para que estudien mejor el caso griego, que estudien más detalladamente de lo que realmente ha pasado aquí en Grecia.
Y nosotros hemos visto y escuchado aquí en Atenas a varios líderes de los nuevos movimientos sociales o la nueva izquierda europea, y me pregunto si están conscientes, si se dan cuenta de lo que realmente ha sucedido aquí en este país.

or ejemplo, hemos estado muy sorprendidos — irritados e incluso finalmente molestos y decepcionados— de ver venir aquí en Grecia a los más importantes líderes de la «nueva izquierda» europea.
Hemos visto en Atenas al Sr. Gregor Gysi, líder del partido de izquierda alemana Die Linke.
Hemos visto a Pablo Iglesias del movimiento español Podemos, líder de los movimientos contestación social en España.
Hemos visto aquí en Atenas al Sr. Pierre Laurent líder y Secretario General del Partido Comunista Francés.
Hemos visto aquí en Atenas al Sr. Oskar Lafontaine (…)
y todos estos líderes políticos han venido aquí a Atenas para expresar ¡¡¡¡¡¡su apoyo a Alexis Tsipras y a su partido Syriza!!!!!

Alexis Tsipras con Pablo Iglesias del movimiento español Podemos, quien vino a Atenas para darle su apoyo

¿Qué cosa han venido apoyar aquí en Atenas?

¿Han venido apoyar la política neocolonial aplicada a Grecia por la Troika?
¿Han venido apoyar la traición de Tsipras a su pueblo?
¿Han venido apoyar la transformación de Grecia en un protectorado y laboratorio de la finanzas especulativas internacionales?
¿Han venido apoyar la política económica neoliberal extremista que incluso la Derecha griega no se atrevió aplicarla aquí?
¿Han venido apoyar una política exterior griega que estará basada en adelante en los intereses de Estados Unidos e Israel?

¿Es qué se dan cuenta a quién están apoyando?
¿Es qué se dan cuenta qué cosas están apoyando?
¿Realmente entienden lo que ha pasado en Grecia?

¡¡¡Alexis Tsipras no es creíble, ni válido, tampoco un modelo de ejemplo!!!

Alexis Tsipras -en el centro- acompañado de Jean-Luc Mélenchon (Partido de Izquierda Francés) y de Pierre Laurent (Partido Comunista Francés) a la derecha

¿Qué pensarán los ciudadanos de su propio país cuando se den cuenta que Uds., —los nuevos líderes de la Nueva Izquierda europea— han venido aquí a Atenas, apoyar a un one man show que ha traicionado la confianza de su pueblo, que ha renegado la aspiración de la nación griega expresada en un legítimo referéndum democrático?

¡Entonces Ustedes tampoco serán creíbles ni un ejemplo a seguir ante sus ciudadanos compatriotas en sus respectivos países!

Por ejemplo el Sr. Gegor Gyzi, líder del Partido de izquierda alemana Die Linke, vino a Atenas para decir que: «¡Grecia debe aceptar el acuerdo impuesto por la Troika!»

¡Esto ya no puede ser la izquierda!

La única excepción fue el Sr. Oskar Lafontaine, nos quedamos encantados de oírle, no hizo en su época lo que Alexis Tsipras ha hecho. Cuando Oskar Lafontaine se encontraba ante la imposibilidad de aplicar la política que él deseaba para Alemania, prefirió renunciar. Siempre hay una manera de ser digno en la vida, incluso en las situaciones más difíciles.

En conclusión, para aprender de este fracaso, va ser necesario volver a estudiar detalladamente todas las fases del proceso griego, del movimiento SYRIZA, de la traición de Alexis Tsipras y entender, comprender y ver lo que realmente ha pasado en Grecia.

Gracias, hasta la próxima.

Ver aquí
Emisión de HispanTV / programa Fuerte Apache.
Ver: tabla redonda de analistas españoles sobre la crisis griega, con Pablo Iglesias del movimiento Podemos como animador del programa. ¿Ven la realidad? ¿Están en lo justo? ¿Han compredido lo que ha pasado en Grecia? ¿Y se dan cuenta de quién es realmente Tsipras?